Editorial - Migración y salud: perspectivas situadas

Resumen

La proliferación de perspectivas y epistemologías feministas interseccionales y decoloniales ha sido central en la ruptura con el positivismo científico occidental así como también con la hegemonía del llamado "Norte Global" en la producción de conocimiento. Contrariamente a la pretensión de neutralidad de la ciencia occidental que habla desde "ningún lugar" (Abu-Luhod, 1991; Haraway, 2009), las epistemologías feministas han venido mostrando que el conocimiento es siempre parcial (Haraway 2009) y posicionado ya que surge de un cuerpo, un tiempo y un lugar. A partir de estos señalamientos es posible introducir el presente número temático, tanto en lo que refiere al impulso que lo gestó, como a las reflexiones que pretende generar. Partiendo de la idea de que la teoría está siempre posicionada en algún lugar y escrita por alguien, buscamos reactualizar debates iniciados en la década de 1970 respecto de la crítica feminista de la ciencia (Harding, 1986). Esta crítica giraba en torno a cuestiones que permanecen vigentes: el androcentrismo en las ciencias y la ausencia de mujeres en la actividad científica, la propia idea de objetividad y neutralidad, así como la veracidad del dato producido; esto último vinculado a la división naturaleza-cultura, sexo, género, etc. (Haraway, 2009; Strathern, 2017). De la mano de estos cuestionamientos también se ha problematizado el foco en la mujer lo cual se expresa en las corrientes de pensamiento queer/cuir que han logrado desestabilizar estas normas y que han fundado críticas radicales en torno a los binomios antes mencionados. Hoy en día, estos debates establecen agendas propias y producen fisuras en la lógica científica, al mismo tiempo que revigorizan la discusión al interior de las ciencias sociales y humanas, estimulando la producción de un conocimiento situado, corporal y geopolíticamente localizado.
La propuesta de un número temático sobre migración y salud desde perspectivas situadas, surgió como una invitación a romper con la tendencia reduccionista que deriva en un victimismo cruento sobre las vidas ajenas, así como también, con la crítica radical a la permanente biologización de los cuerpos. Buscamos incentivar la producción de conocimiento atenta y posicionada respecto de quién/es escriben sobre quién/es, respecto de con quién/es pensamos, sobre cómo nos afectamos (Favret-Saada, 2005) y sobre la responsabilidad por la diferencia en campos materiales y semióticos de significado, reconociendo los puntos de vista diferentes sobre estas temáticas, es decir, su parcialidad (Haraway, 2009).