LA CRISIS DE LA RELIGIÓN DEL PROGRESO Y LA CRÍTICA DE LOS FUNDAMENTALISMOS EN LA DISPUTA POR EL TIEMPO

Resumo

En el artículo se analiza la disputa por el tiempo que acontece entre una religión moderna del progreso agotada y los fundamentalismos religiosos. Cuando la experiencia moderna de la aceleración del tiempo, que surgió en la segunda mitad del siglo XVIII basada en la noción de progreso, llegó a su agotamiento con la caída del muro de Berlín y el comunismo, la modernidad ingresó a una especie de tiempo suspendido al no poder visualizar en el horizonte alternativas plausibles al liberalismo triunfante. Como las carencias materiales y simbólicas de la gente continuaron en medio de un tiempo suspendido, sólo aparecía en el futuro la catástrofe. En este contexto, los fundamentalismos religiosos han tomado protagonismo para disputarle, entre otras cosas, el tiempo a la modernidad. Esos grupos rechazan a la modernidad en su conjunto y se presentan como una opción capaz de llevar salvación material y espiritual a las personas. Tratan de destrabar el tiempo, no obstante, a partir de estructuras temporales de la propia modernidad: el acortamiento apocalíptico del tiempo y la experiencia condensada en el concepto de crisis.